PROCESO

El proceso de creación artística es un diálogo profundo entre el caos y el orden, donde me convierto tanto en creador como en testigo del desarrollo del significado. A veces todo comienza en el espacio liminal de la intuición: una agitación inefable del alma que busca la forma, pero se resiste a una definición rígida.

El artista no se limita a imponer su visión al mundo, sino que se involucra en una interacción dinámica con algunos de los materiales de la existencia como: la memoria, la percepción y la tenaz resistencia del propio medio. En este acto, la obra a menudo escapa a mis intenciones, revelando verdades que estaban ocultas incluso para mí, como si el arte no solo se hiciera, sino que se descubriera, brotara como el grito que rompe el silencio, la inundación que destroza la presa o el primer llanto de un recién nacido que se arranca del vientre de la posibilidad hacia el mundo de la forma.

La lucha por transformar la idea y la experiencia en expresión refleja la condición humana; un intento de extraer coherencia de los fragmentos de la vida, dejando espacio para lo tácito. Así, la creación artística no es mera producción, sino revelación, testimonio de la paradoja de que, al dar forma al arte, nos transformamos a nosotros mismos.

Drenoso